Hace más de diez años que conservo en una caja las fotos de una familia que desconozco. Las encontré en la calle, eran parte de una montaña de objetos quemados por el incendio de un local fotográfico. Luego de quebrar (calculo frente al advenimiento de la foto digital) el negocio se incendió y todo lo que había en su interior fue a parar a la calle. Al igual que otros transeúntes, yo tomé de esa basura, sin saber bien porqué, las fotos que pude rescatar.
En su mayoría, son recuerdos de la infancia de un niño y su hermana desde el nacimiento hasta los 6 o 7 años, calculo que en fines de los 80, principios de los 90.
Conforman un total de 67 imágenes en tamaño 10x15 que nunca se retiraron de la casa de revelado. Siempre tuve el deseo de hacer con ellas algo, además de conservarlas. Imaginar una historia para esos niños.
el poder de la infancia de crear tiempo en el tiempo.


una memoria compartida
guias de teléfono
figuritas
cartas perfumadas
cotillón de cumpleaños
me contaron que a cierta edad (primera infancia) los niños encuentran a un par y caminan sin mirar atrás.
la repetición de gestos en
la coreografía de los rituales
Los niños, los cachorros
Dana, la perra de su infancia
Les dicen que la perra se va al campo
La perra muere, la perra vive.
La piel colgada en la pared


No recuerdo una fecha exacta, pero supongo que debía tener tres años, basándome en mi tamaño y en la ropa que tenía puesta.
En esa casa teníamos un patio grande y después de que se fue mi perra Dana, quedaron muchos pozos en el patio que se tardaron en tapar.
Pozos de distintos tamaños llenos de huesos, juguetes rotos y otras cosas que Dana podría haber robado.
Había un pozo en particular que era mucho más profundo; Dana parecía haberse ensañado con ese lugar. Antes de que lo taparan, jugábamos a esconder cosas allí, al tesoro escondido. Por ese entonces una tia nos regaló un cassette de la Biblia Para Los Niños y nos daba mucho miedo escucharlo, así que un día con mi hermana decidimos hacerlo desaparecer.
Una siesta, sin que nadie nos viera, lo sacamos del estuche en el que venía y lo tiramos en el pozo. Lo cubrimos con palitos y otras cosas para asegurarnos de que nunca más nos lo pusieran.

Por mucho tiempo creí que habíamos enterrado al diablo en el patio.

**[ Suena Cassette ]**

"Adán y Eva vivieron dichosos durante algún tiempo, pero el espíritu del mal el ángel que por desobediente había sido arrojado a los infiernos, envidioso de la de la primera pareja humana tomó la forma de una serpiente y dijo a Eva: Si comeis del árbol prohibido, no os vais a morir, sino que seréis como Dios; lo sabréis todo."